Los inicios del desarrollo teórico del concepto “Sociedad de la información” se sitúan en la década de 1960, como consecuencia de un proceso económico en el cual los sectores de producción agrícola e industrial perdieron su liderazgo en el desarrollo económico. En dicha década, el surgimiento acelerado de un nuevo sector, llamado “sector servicios”, comenzó a constituirse como el “tercer sector de la producción”. Como señala el sociólogo catalán Manuel Castells, ha surgido una nueva era: la era de la información, en la cual ha tenido gran auge el “sector servicios”, que incluye actividades tan dispares y disímiles tales como el transporte, la comunicación, las redes de distribución comercial, el almacenamiento, las nanzas y créditos, asesorías, publicidad, diseño de software, informática y telemática, medios masivos de comunicación, industrias del entretenimiento, turismo, e incluso, venta informal. Este cambio fue estudiado en el ámbito de la alta gerencia, por Peter Drucker, pensador austriaco del mundo de la empresa, quien destacó la importancia de la productividad del conocimiento a partir de los procesos de sistematización y organización de la información (Drucker, 1993: 57). El conocimiento, decía Drucker, se ha convertido en una nueva fuente de producción de la riqueza, cuya capacidad se incrementaría progresivamente, lo cual le llevó a vaticinar que a nales de los 70, el sector del conocimiento generaría la mitad del producto interno bruto de la economía mundial (Wikipedia, 2008). Desde la perspectiva de Drucker, estamos asistiendo a la emergencia de una sociedad postcapitalista, en la que el conocimiento ha adquirido gran preponderancia en relación con los factores de productividad, tales como el capital, la tierra y el trabajo de la era industrial. De esta manera, las nuevas tecnologías de información y comunicación, transforman radicalmente las economías, los mercados y la estructura de la industria, los productos y servicios, los puestos de trabajo y los mercados laborales. El impacto de las nuevas tecnologías se ha extendido paulatinamente al conjunto de la sociedad, la política, la educación, la comunicación, el entretenimiento, y, en general, a la manera como las personas ven el mundo y se perciben a sí mismas.
Por su parte, el sociólogo estadounidense Daniel Bell introdujo la noción de la “sociedad de información” en su libro “El Advenimiento de la Sociedad Postindustrial”, donde formula que el eje principal de ésta será el conocimiento teórico, y advierte que los servicios basados en el conocimiento habrían de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una sociedad apuntalada en la información (Bell, 1976: 186). Así, el concepto de “sociedad postindustrial”, indica la transición de una economía basada en la producción industrial y agrícola a una economía fundamentada en la producción de servicios. Desde la perspectiva de Daniel Bell, la producción de servicios proporcionó al conocimiento un estatus relevante en la cadena de valor económico, pues su crecimiento dependía directamente de las habilidades y destrezas de las personas encargadas de prestar los servicios.
El concepto de “Sociedad del Conocimiento”
El Informe Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) del año 2005, titulado “Hacia las sociedades del conocimiento” señala que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han creado las condiciones para la aparición de sociedades del conocimiento, ya que éstas se han convertido en un medio al servicio de un n más elevado y deseable, que consiste en la posibilidad de alcanzar el desarrollo para todos, y sobre todo para los países subdesarrollados (ONU, 2005). Desde la perspectiva de la UNESCO, se considera que el acceso a la educación, la información y la libertad de expresión, son los pilares de la sociedad del conocimiento. Asimismo, la sociedad del conocimiento es un concepto importante no sólo para el crecimiento económico, sino también para desarrollar todos los sectores de la sociedad desde un punto de vista humano.
Características de la Sociedad del Conocimiento
En este tipo de sociedad, el conocimiento se convierte en un elemento fundamental de la vida humana, pues todas las actividades económicas, laborales, educativas, culturales y comunicativas requieren de ciertas competencias cognitivas y mentales. En este sentido, Manuel Castells señala que uno de los principales rasgos de las sociedades del conocimiento es precisamente la capacidad de innovar. A través de esta competencia se transforman los procesos y surgen los cambios. Castells identifica al interior de las empresas dos clases de conocimiento, uno tácito que se encuentra en los trabajadores como resultado de su experiencia laboral, y otro explícito que corresponde a la empresa y al conocimiento de sus procesos formales de gestión.
La educación en la Sociedad del Conocimiento
Los procesos educativos son una parte constitutiva de las sociedades del conocimiento. Pues la educación tiene la tarea fundamental de habituar a los individuos a seleccionar, a ltrar y a valorar la información, de modo que se promuevan los procesos de innovación. La sociedad del conocimiento se fundamenta en la educación de profesionales, de modo que sean competentes en el manejo de la infraestructura tecnológica y en la gestión del conocimiento (Castells, 2001: 29-31). En cuanto a lo tecnológico comprende el manejo de tres áreas: la informática, las telecomunicaciones y la transferencia y procesamiento de datos e imágenes. Y en cuanto a la gestión del conocimiento, se busca desarrollar procesos educativos tendientes a identificar, difundir y crear conocimiento en las comunidades, organizaciones, instituciones y empresas.
Desarrollo de competencias y sociedad del conocimiento
La permanente formación de los individuos, característica fundamental de la sociedad del conocimiento, había sido anticipada en el concepto de “capital humano” acuñado por Gary Becker en 1964, (Becker 1983: 19). Su signi cado aludía a las capacidades productivas que una persona adquiere por acumulación de conocimientos generales o especí cos. Se trata del “know how”, del saber hacer o bien intangible, que puede acumular una persona como resultado de la experiencia y del conocimiento teórico adquirido. En la sociedad del conocimiento, el capital humano representa la base de su desarrollo, pues sólo en la medida en que las personas puedan desarrollar las capacidades cognitivas, el pensamiento crítico, la creatividad, la autonomía personal y el emprendimiento, entre otras, será posible su construcción. Los modelos de aprendizaje actuales desarrollan competencias como el aprender haciendo y la capacidad para innovar. En este orden de ideas, la reexión por el aprendizaje deja de ser una preocupación exclusiva del ámbito de la educación, para extenderse a otros ámbitos, como las organizaciones sociales, económicas y las instituciones gubernamentales. Así pues, la dimensión educativa desempeña un papel determinante en la consecución de los nes propuestos por las comunidades, las organizaciones y las empresas.
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